viernes, 18 de agosto de 2017

TIEMPO Y TOTALIDAD

Martín se levantó a las 7.30 am como todos los días, se lavó los dientes, la cara, y se aprestó a ducharse. Abrió la canilla de agua caliente, la reguló con la fría y se duchó. Se secó, se acomodó un poco el pelo y se fue a vestir. Camisa blanca, pantalón de vestir negro, saco negro y zapatos negros. Era un primer día de trabajo en un estudio jurídico y quería tener una buena presentación ante sus compañeros y ante sus jefes. ‘’La capacidad no se evalúa por la presentación’’ pensaba Martín. Siempre lo pensó, pero ante su primer trabajo formal, él había elegido seguir al sistema, los estereotipos, y se puso su único traje. Salió de su casa y comenzó a caminar tranquilo, tenía tiempo. Imaginaba en como saludar a sus jefes, a sus compañeros, que escritorio le darían, cómo lo recibirían. Es curioso como el humano, a través de su capacidad de abstracción y pensamiento, puede modificar el tiempo en el cual se desarrolla. Durante el transcurso de una hora, Martín retrocedió a sus días de juventud rebelde, y adelantó su llegada al trabajo. Los humanos tienen esa capacidad de vivir en 2 tiempos diferentes, siendo este el mismo. ¿De dónde surge esa capacidad? ¿Es innata? ¿Es construida a lo largo de la vida? Decir que es una construcción sería apresurado. Cuando se llega a la vejez, cuando uno retrocede y busca recuerdos, estos se suelen confundir, por ende la temporalidad se pierde. Esos recuerdos si son construidos, por ende tenemos la capacidad de construir nuestra temporalidad, entremezclando imágenes del pasado. Diferentes épocas en una misma visión. Pareciera que es algo innato al ser humano ¿Existe lo innato? ¿Lo innato es una construcción? Pareciera que todo es una construcción y nosotros vivimos en ella. Constructores de una totalidad. Autototalizantes - totalizados A medida que se va acercando a su destino, Martín se pone cada vez más nervioso, concentrándose en llegar a tiempo , sin ver que tiene que cruzar una calle. No ve el semáforo que no le da el paso. Martín no frena, está abstraído en su pensamiento. Sólo reconoce un sonido, la bocina y el rechinar de los neumáticos por la frenada en el asfalto. Un golpe. Su claridad se apaga. Los nervios. Quizás el peor sentimiento que tiene el ser humano. ¿O es una sensación? Definitivamente es una sensación. El desequilibrio corporal de Martín lo llevó a ponerse nervioso y esto devino en su desconcentración y pérdida de contacto con su realidad por fuera de su cabeza. Martín podría haber estado contento, y también perderse, abstraerse de su realidad. La abstracción de la realidad sensorial es indiferente a las buenas o malas sensaciones. ¿Hay buenas y malas sensaciones? Pareciera que sí. Los nervios son malos. La felicidad es buena. Sin embargo, muchas veces los nervios ayudan a estar más atento, nervios positivos, Y hay felicidades dolorosas (cuando el amor no correspondido encuentra otra persona, hay una reacción casi natural a fingir felicidad, pero esto da paso al dolor). Los recuerdos de su madre cocinando, la vuelta de su padre del trabajo, las siestas, el colegio primario con sus juegos zonzos como la payana, las figuritas, las etiquetas de cigarrillos, el fútbol con latitas de gaseosa, botellas, y ni hablar cuando consiguieron una pelota. El secundario con sus ‘’ macanas’’, sus primeras mujeres, sus primeros fracasos, el egreso, la universidad, su recibida, su entrevista laboral, esa mañana que se levantó. . Martín estaba en otro lado. ¿Dónde estaba? En la cama de un hospital, inducido en un coma. Pero ahí estaba el cuerpo de Martín, conectado a respiradores, sueros, controlado con la tecnología propia de este siglo. ¿Dónde estaba Martín? ¿Quién es Martín? En principio quien está acostado en la cama, en coma, entubado, conectado, controlado. Robotizado. Pero también es el protagonista de esos pensamientos, esa construcción de recuerdos pasados, de escenas futuras, de un mundo paralelo que se manifiesta en su mente. El mundo abstracto. Martín es una totalidad pequeña dentro de una totalidad inmensa que se autoconstituye. El cuerpo de Martín y la conciencia de Martín son 2 representaciones de Martín que a su vez constituyen una misma totalidad. La conciencia de Martín es una totalidad. El cuerpo de Martin es otra totalidad. Son 2 totalidades que forman una totalidad más grande que es Martín, que a su vez es una totalidad pequeña dentro de una totalidad inmensa que es el mundo, que a su vez está dentro de otra totalidad cósmica* que es el universo. ¿Qué hay detrás del universo? El infinito, una totalidad que no termina de constituirse. Martín es toda esa totalidad. Cada totalidad tiene tiempos diferentes. El cuerpo de Martín está inmóvil, segundos, minutos, días. La conciencia de Martín está en épocas diferentes. Pasado, futuro. Reformula su temporalidad. Estas 2 totalidades temporalmente diferentes conviven hasta un suceso ineludible a todo. La muerte. La muerte marca el fin de esa totalidad (Martín). La totalidad cuerpo pierde su potencia de vida, por ende pierde su temporalidad. A lo sumo, después de la muerte su temporalidad continúa hasta la descompoisición. Con la conciencia, es algo indefinible. Solo se pierde su temporalidad. A donde va, o viene, no es accesible al conocimiento humano. La capacidad de abstracción todavía no llega a abarcar el estadío post- muerte. Martín murió en el hospital. *Cósmica está utilizado en referencia a inmensidad universal, no en sentido de orden como lo hacían los griegos.

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