viernes, 21 de julio de 2017

¿FRACASAR?

Fracasar. Parte de la vida, o por lo menos de esta vida ¿Se fracasará en otra vida? No lo sé ¿Quién lo sabe? El fracaso siempre duele. Solo hay que saber llevarlo. Varía según la persona. O creo. Tampoco lo sé. Hay quienes lo toman como el fin del mundo, el mismísimo Armagedón. Hay otros, los menos, que se lo toman como algo más, algo por lo que hay que pasar. No sé cuál es la forma de enfrentarlo, pero de alguna manera hay que hacerlo. Todos en la vida fracasamos. En el trabajo, en el amor, en las amistades, en las banalidades, en casi todo lo que nombre, alguien alguna vez fracasó. Pareciera que el fracaso es inherente al ser humano. Cuando el hombre fue creado ( ¿fue creado?) vino con cualidades innatas, entre ellas el fracaso. Porque el fracaso puede ser una cualidad. ¿Qué tiene de malo fracasar? Del fracaso surgen muchas posibilidades. La que más me gusta, me seduce, me llama, es la del arte. Las cosas más bellas se pueden realizar a partir del fracaso. Mis fracasos son mi inspiración, como lo eran los sueños para Dalí, el bloque de mármol para Miguel Ángel o el infierno para Dante. Obviamente que yo no soy un artista, pero me encantaría serlo. También me gustaría fracasar menos, pero es inherente a mí. No sé si al ser humano en general, pero a mi si. Aunque por otro lado, en lo más recóndito de mí, me gusta fracasar. Me permite sentarme a escribir. Con eso es suficiente para, en el fondo, empezar de nuevo.

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