domingo, 4 de abril de 2021

PAREDÓN DE RESURRECCIÓN

 

Un hombre está parado frente a un paredón bajo el sol de domingo a media mañana.  Detrás de la estructura hay tumbar. Fuera del paredón (detrás de nuestro observador), hay una placita donde un grupo de chicos está jugando al básquet y más allá, un perro está oliendo el pasto que recién se ha secado.

 ‘’ Curiosa paradoja’’ piensa.

‘’Un domingo de pascua, de resurrección. Estoy parado cerca del límite entre la vida y la representación terrenal de la muerte. Todos los chicos que están disfrutando del día soleado mientras juegan básquet van a terminar detrás del paredón.

 Una vez allí, ninguno lo cruzará nuevamente, al igual que quienes ya están allí.

 ‘’ Domingo de resurrección, pero solo Jesús de Nazaret resucitó ¿vale la pena darle nombre a un día por un solo resucitado en la historia?’’

 Nuestro hombre sigue observando el límite que marca el paredón que separa la plaza de las tumbas; límite que, por el momento, no está dispuesto a cruzar, pero esa situación escapa a sí. Él está deseando jugar al básquet con aquellos chicos.

 ‘’Jesús fue un hipóstata ¿Qué habrá pensado y sentido desde su crucifixión hasta su resurrección? ¿Con quién habló? ¿A quién vió y qué hizo en esos 3 días de misterio?’’

 He aquí la importancia de la resurrección. Jesús ha transitado los 2 mundos, ha pisado los 2 terrenos e hizo un doble viaje. Nació, fue muerto en la cruz, resucitó y regresó a aquel mundo. El Cristo tiene un pie acá y un pie allá.

 ‘’Si’’ concluye nuestro hombre mientras emprende el regreso a su casa.

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