La cotidianeidad se puede hacer literatura. Intento hacerlo. No prometo buen resultado.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
NATURALEZA URBANA
Las nubes color verde amarronado ( si es que existe ese color) , producto del cielo cubierto, la tierra suspendida en el aire y el sol de la siesta brillando llaman la atención. Los árboles que superan con su altura las casas vecinas, parecidas a las que se pueden encontras en los Alpes Bávaros. Sus hojas verdes son de las pocas que sobrevivieron al inverno.
Es increíble como renace la naturaleza con los primeros días de la primavera hasta transformar todo en un verdadero Cezánne. Eso es lo que se puede ver desde la ventana que da al patio de mi casa.
También hay algunas hojas amarillas que se resisten, como las otras, aunque éstas se resisten a la primavera. Numerosos pájaros descansan en las ramas de aquellos árboles que parece crecerán hasta el cielo, para que Dios apoye sus pies cuando descansa, suponiendo que Dios tenga pies. Probablemente los tenga porque la Biblia dice que nos creó a imagen y semejanza, no lo sé.
De repente el cielo se despeja, y ya no hay nubes, ni viento fresco, ni lluvia, que aunque sea poca, sigue siendo lluvia. No miento, las nubes amarronadas desaparecieron, se corrieron como en un soplo de Dios, suponiendo que Dios tiene pulmones para soplar .Probablemente los tenga porque la Biblia dice que nos creó a imagen y semejanza, no lo sé.
El sol se está encargando de hacer la tarde cálida, mientras escribo estas líneas con el mate a mi lado.
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