martes, 11 de octubre de 2016

SABIDURÍA POPULAR

Que paradójico. Resulta ser que no tengo ni idea de plantas, ni flores, ni árboles, ni de nada que tenga ver con eso. Paradójico porque mi abuela materna tiene pasión por las plantas, y las flores y los árboles. También la pintura, pero hoy no me interesa eso. O no nos interesa, aunque todavía no decido si incluirlos a ustedes o no. La cuestión es que mi abuela materna tiene pasión por las plantas. Cuando uno entra a su patio, o sale (¿se entra o se sale a un patio?) lo único que ve son plantas por todos lados. Tiene una mesa de piedra, de esas que pueden verse en los parques, esas donde la gente toma mates en las tardes de fin de semana. Bueno, esa mesa, la de piedra, la tiene llena de macetitas, junto con una pava gigante que merece ser restaurada. En el paredón que divide el patio propio con el de los vecinos tiene una estantería en la esquina, también llena de macetitas. Así, toda la pared. También tiene plantas de suelo que son mas grandes y espaciosas, mas altas y con flores enormes. Todo eso tiene mi abuela en el patio. Ella sabe como cuidarlas, como regarlas, cuando florecen, cuando se secan y demás secretos. ¿ A qué voy con toda ésta introducción? A que a mí, teniendo ''a mano'' todos esos conocimientos que mi abuela tiene de libros que nunca leyó , jamás se me ocurrió pedirle que los compartiera conmigo. Ayer volvía de la casa de mi padre por Avenida Sabattini , en mi bicicleta playera naranja, cuando me detiene el semáforo en rojo que está en Sabattini y Suipacha. Ése semáforo tiene una particularidad. Si uno no tiene que doblar a la izquierda en Suipacha, tiene derecho a seguir. Detalle no menor, ya que yo, por como venía, tenía derecho a seguir, pero me detuve. Me llamó la atención algo a mi derecha. Un árbol. Enorme, con ramas abiertas a lo ancho, y que llegan hasta el cielo con su altura. Pero lo que más llamó mi atención fueron las flores, violáceas lavanda. Me llamó la atención el color, pero más la cantidad de éstas flores desprendidas de esas ramas de ensueño. Y además , el brillo de esas flores, aumentado por la luz del sol de siesta. Si uno tuviera que ponerle palabras, no podría ¿ Por qué? Porque es una imagen puramente moderna. Una maravillosa conjunción de urbanismo y naturaleza que siempre tiene algo de misterio ¿ Cómo hace la naturaleza para imponerse siempre? A mi , esto me produjo una doble sensación. Entre la espada y la pared. Como dije más arriba, me maravilló, pero también me puso en una situación incómoda y hasta triste. Hasta el día de hoy, no sé qué árbol es, ni qué florece de las ramas de ése árbol, y eso me lleva automáticamente al patio de mi abuela, a sus plantas y a su sabiduría que nunca supe apreciar.

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