La cotidianeidad se puede hacer literatura. Intento hacerlo. No prometo buen resultado.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
NORMALIDAD
Siempre es más fácil enojarse con quien está siempre. No, no es una redundancia, está escrito así a propósito. Si quiere, siga leyendo y va a saber por qué. Si le parece un error lingüístico y quiere abandonar, está en su derecho.
Si sigue leyendo, tiene que saber que esa frase está escrita así porque la vida se encarga de demostrarla a cada segundo. Lea.
Si usted es de aquellas personas que están siempre para otra, tiene que saber que está expuesto a los malos días, y que pagará los platos rotos por eso. Es un riesgo, no, perdón , una certeza. El problema no es ese, sino lo que voy a decirle a la brevedad. El problema, mi amigo, son los días buenos ¿ Por qué? se preguntará usted. Le digo. Durante los días buenos, usted no será valorado por esa persona para la que siempre está. Ni valorado, ni nada que se le parezca. Suena feo lo que digo. Enójese pero es la realidad. Y la cosa viene peor porque en los días malos, usted cargará todas las culpas de esos días. Así por el resto de los días, y tampoco es una redundancia.
El problema es que para el que está siempre se vuelve frustrante porque la intención siempre es la mejor, siempre tratando de sacar una sonrisa, un bien momento. Eso nunca es visto. Cuando se equivoca, en cambio, arde Troya. El enojo se viene contra usted como aquellos soldados de Agamenón 2.500 años atrás, y usted mi amigo, usted quedará con sus sentimientos a la deriva como Tom Hancks en náufrago, aunque con una salvedad. Cuando pase la tormenta y toque tierra, todo volverá a la normalidad. Y es la normalidad lo que lo frustra.
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