sábado, 5 de octubre de 2019

HERENCIAS

Leyendo un libro de Martín Kohan me topé con una historia de gauchos y caballos que vivían en el campo. Era gentemuy bruta que se peleaba por los caballos, ya que los consideraban como una herramienta fundamental de sus vidas. Visitando los bordes de la ciudad, muchas veces se suelen encontrar terrenos de grandes dimensiones , alambrados y acondicionados para los animales. Hay chiqueros con sus respectivos chanchos en el barro, patos, gallinas, perros y gatos. Pero también , lo que más se destaca es la cantidad de caballos que se visualizan. Dice la historia que el caballo fue domesticado hace 5000 años. Ignoro si la mayoría lo sabe, pero lo que no se puede ignorar es la importancia vital que tiene dicho animal en la vida terrenal de aquellos que viven en los bordes del sistema, materializado en los barrios del borde de la ciudad. Las personas que habitan estos asentamientos (el sistema ni siquiera les da la dignidad de vivir en barrios) tienen pocos bienes materiales, y los que tienen los han conseguido por el trabajo codo a codo con sus respectivos caballos recolectando basura, cartones, sobras de los mas beneficiados por las oportunidades de vida, o también, arenas del río. Muchas veces se los suele ver por las calles asfaltadas del centro, arriba de su carro tirado por el caballo, acompañados por sus hijos (varía la edad) , cargados hasta el tope, con paso lento pero firme. Muchos de aquellos que viven en el centro, ignora donde viven estos carreros. El detalle de la compañía de sus hijos no es menor, y a este punto quiero llegar. En realidad, no los están acompañando, están aprendiendo el oficio, ya que algún día les tocará a ellos realizar el recorrido, estigmatizados por ir a juntar las sobras, o arena para vivir. Sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos se han dedicado a esto. Y siempre con los caballos. Es una herencia que se transmite de generación en generación , como en el libro de Martín Kohan. El ser humano está constituído por herencias que se traen desde antaño y que le forjan su carácter como el herrero al cuchillo. Lo empapa de conocimiento que la academia ignora pero que a ellos los transforma en sabios. En el mundo en el que vivimos, tan tecnologizado, todavía quedan retazos de aquella vida gauchesca , de campo y rancho, que le permite a los nadies sobrevivir en los bordes.

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