miércoles, 13 de julio de 2016

Reflexiones de un viaje en colectivo

Viajar en colectivo a la noche es uno de los momentos de mayor reflexión de una persona. No, no exagero. El llamado inconsciente colectivo suele encasillar acciones de la vida cotidiana que nos generan un prejuicio y cuando nos toca llevarlas acabo,actuamos en consecuencia sin ver que en esas situaciones podemos llegar a tener revelaciones que no podríamos tener en otro ámbito. Volviendo a las primeras palabras de este texto, lo usual es que uno se prepare mentalmente para viajar porque " es aburrido" . Mentira. Viajar en colectivo es aburrido porque lo tenemos incorporado, pero no debería serlo. Ya el hecho de viajar es liberador, lo que invita al pensamiento reflexivo, sino ¿ por qué se nos dice que para encontrarse lo mejor es viajar? Ya eso es una contradicción social, mínimo. El paisaje es otro factor que influye mucho. Toda visión por la ventanilla tiene su encanto. Las sierras, los campos de la pampa húmeda, los desiertos patagónicos para luego darle lugar a las majestuosas cordilleras, los colores del norte y tanto mas, todos salpicados por la luz de la luna natural, o alguna luz artificial pérdida allá a los lejos. Cada uno aporta su belleza a los ojos del viajero. La oscuridad, el sonido monótono del motor y la falta de distracción humana también suman para que la mente de cada uno empiece esa cadena de pensamiento que incluye diálogos imaginarios con gente a quien muy probablemente nunca hayamos escuchado su voz, el partido que se jugo, el asado que se come con la flia y amigos, la chica que nos negó un beso y tantas y tantas cosas se mezclan en la cabeza, hasta que cuando caes en la realidad, el viaje llega a su fin.

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